Saturday, August 12, 2006

TEATRALIZAR O NO TEATRALIZAR

LA LECTURA EN VOZ ALTA
Por César A. Reyes Campos

Una buena lectura en voz alta que garantice buena entonación, dicción, comprensión y manejo de todos los recursos corporales del lector implica más habilidades de las que los profesores consideramos. Creemos que una larga repetición de los viejos programas que tienen que ver con el lenguaje siempre privilegiaron la lectura silenciosa así como la recepción pasiva de las clases en las cuales se les imparte una suerte de legislación lingüística que casi nunca se aplica en la práctica de uso obligado. Este disloque entre el estudio vertical y la aplicación, han devenido en distanciamientos que bloquean todas las formas de comunicación (intrapersonal, social e interpersonal).

Del naturalismo silencioso a la lectura en voz alta hay bemoles y sostenidos de espacio tiempo considerables. No se puede dejar de lado en la escuela el entrenamiento a la comunicación en voz alta. Los alumnos han pasado ya bastantes años memorizando reglas y escribiendo frases y oraciones muchas veces estereotipadas sin que hayan abonado ni siquiera un fonema nuevo al lenguaje vocabular básico. Es necesario que los docentes de lenguaje o comunicación se den el tiempo para prepararse en estas estrategias. Una de las tantas las encontrará en el arte teatral. Algunos poetas defienden la lectura del poeta como la más conmovedora por venir de él. Otros confunden los significados de lo que es decir, recitar, declamar y/o teatralizar un poema.

Decir un poema es manifestar con palabras o por escrito un pensamiento. (…) denotar una cosa o dar muestras de ella. Lo primero que caracteriza el hecho de decir un poema es su distancia coloquial, próxima, íntima, aunque interpersonal.

Recitar, como verbo transitivo significa, referir, contar o decir en voz alta un discurso u oración. Decir o pronunciar de memoria y en voz alta versos, discursos, etc. Por lo tanto, recitar un poema supone hacerlo de memoria, en voz alta.

Declamar. Como lo definen los diccionarios generales de nuestra lengua implica es orar en público (…) con el fin de ejercitarse en las reglas de la retórica. Orar con (…) calor y vehemencia, (…) hacer alguna invectiva con aspereza. Como verbo intransitivo y transitivo es recitar la prosa o el verso con la entonación, los ademanes y el gesto convenientes. En la declamación se presenta la exageración, a veces, rayana al melodrama, como herramienta para afectar el ánimo del espectador. Algunos declamadores hacen gala de formas estudiadas y estereotipadas que favorecen el gusto de públicos que así les enseñaron, desde la escuela, a decepcionar los mensajes literarios.

Teatralizar un poema, en cambio, requiere un estudio previo de éste por parte del intérprete teatral. Se precisa la inversión de sus medios expresivos (vocales y psicocorporales). La teatralización supone el estudio del espacio escénico, los objetos, la música, la iluminación, etc.: todos a favor de la interacción del personaje-poeta con el contexto escénico. No olvidemos que según la intencionalidad con que se diga tal o cual frase, tal o cual verso, la significación del mismo puede variar. No hay, pues, una sola forma de interpretar u poema. Habrian tantas como estudios e intencionalidades interpretativas se evidencien con él. Algo parecido pasa con la música cuando una canción en tiempo de bolera se convierte en intención de balada o himno. Los géneros pueden manipularse con el mismo texto pero modificando la intencionalidad del ritmo, en este caso. En el caso de la teatralización, no sólo se modifica el ritmo sino que puede modificarse la intención esencial del mensaje contenido. Es muy ilustrativo el caso de poetas actores que así como escriben saben teatralizar sus poemas con estilos y formas convencionales como el recitado o la declamación. Además la interpretación teatralizada de un poema es capaz de generar signos y/o metáforas escénicas que refuerzan la recepción del poema por parte del espectador. Creemos, salvo mejor opinión, que cualquier poema es susceptible de ser treatralizado. Quien lo haga, desde luego, debe tener el talento y los estudios suficientes para reinterpretar el valor poético del mismo hacia un canal audiovisual como es el teatro. A propósito, lo que ha pasado con Alejandro Romualdo y César Vallejo, entre otros poetas, es que las formas de interpretar el Canto Coral a Túpac Amaru y Los Heraldos Negros, respectivamente, han caído en estereotipos declamatorios que se han instalado, desde la escuela, en la memoria emocional de muchos poetas o no poetas que, a pesar de ello, admiramos por el solo hecho de amar la poesía.




































Taller de Formación a distancia
La evaluación de la lectura en voz alta

Conscientes del valor e importancia que se le asigna a la expresión oral en los actuales programas de Lengua Castellana y Comunicación y de que la evaluación de ese aspecto de la competencia comunicativa requiere por su complejidad de un estudio más profundo, hemos pensado este taller virtual de formación a distancia dedicado a la evaluación de la lectura en voz alta.
Este taller está orientado fundamentalmente a profesores y futuros profesores de castellano.
Los contenidos aquí presentados son fruto del trabajo del Laboratorio de Fonética del Departamento de Español de nuestra Universidad, cuyos integrantes han venido desde hace un tiempo estudiando en forma experimental técnicas y procedimientos que permitan evaluar en forma válida y confiable el desempeño de los sujetos en situaciones de comunicación oral caracterizadas por su formalidad.


Un producto concreto del estudio realizado por el equipo de investigación de este laboratorio es la pauta de evaluación de lectura en voz alta que les daremos a conocer y con la cual se trabajará en este taller.
¿Por qué evaluar la LECTURA EN VOZ ALTA
y no otras formas de comunicación oral?
Hay varias respuestas a esta interrogante.
En primer lugar, no puede negarse que la lectura en voz alta es una actividad que la comunidad considera culturalmente valiosa e importante y frente a la cual los hablantes son muy críticos cuando se trata de juzgar su aceptabilidad. En segundo lugar, es razonable pensar que tanto las habilidades como las deficiencias que se manifiestan en la lectura en voz alta pueden también manifestarse en otras áreas de la competencia comunicativa oral. Hacer, por tanto, un buen diagnóstico de la capacidad de leer en voz alta, nos permitirá averiguar qué aspectos de la capacidad de expresión oral necesitan ser mejorados y qué aspectos han alcanzado un nivel aceptable.
Por último -y desde un punto de vista práctico- parece ser que la lectura en voz alta es una actividad con la que tanto estudiantes como profesores están muy familiarizados y, por ende, puede resultar más viable que otras modalidades de expresión oral a la hora de enfrentarse con el problema de evaluar.

Si bien la lectura en voz alta se nos presenta como una situación más factible de controlar, su evaluación no constituye una tarea sencilla. Estamos frente a un fenómeno complejo en el que intervienen una serie de variables que es preciso aprender a reconocer y manejar.
Esperamos que los materiales que se han preparado para este taller te sean de utilidad y te ayuden a manejar en forma efectiva el problema que plantea la evaluación

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